Siento angustia. No sé que va a pasar…

Que tema, no?

Al decir siento, nos podemos preguntar a que nos referimos cuando decimos sentir:

El diccionario nos indica que se trata de experimentar una sensación placentera o lo contrario, tanto en el cuerpo como en el estado de ánimo.

Recibimos impresiones producidas por estímulos que provienen tanto del mundo exterior, a los que llamaremos externos como estímulos que provienen del interior del cuerpo, a los que llamaremos internos

Podemos decir por ejemplo, cuando hablamos del cuerpo que sentimos calor, fresco,hambre, sed…varias cosas.

Y en el área del ánimo, que sentimos alegria, temor, tristeza, entusiasmo y tantas otras cosas como a ustedes se les ocurra.

Estos sentimientos, también se despliegan en la interpretación teatral, en la lectura de determinados escritos, guiones de novelas o historias, en las que el protagonista expresa el sentir de los personajes que interpreta y el público o lector llega a identificarse con ellos.

Es decir, se trata de percibir a partir de los sentidos, distintos estímulos que llegan del exterior y que se registran por un lado en el cuerpo y a la vez, se inscriben como huellas en la memoria, dejando un registro de recuerdos que pueden ser evocados, relacionados, y respecto de los cuales se pueden elaborar conclusiones.

Y entonces, como relacionamos esto con la angustia? En primer término podemos decir que se trata de un afecto de cualidad displacentera, que puede irrumpir de manera intensa e imprevista provocando un efecto de impacto y desacomodamiento interior, difícil de ser controlado y encauzado; o bien puede presentarse de manera atenuada, que nos anticipa, advierte y constituye una señal sobre la amenaza de algún peligro exterior. En este último caso, nos sirve como defensa que nos posibilita prepararnos para la evitación o huída frente al mismo, en lugar de quedar paralizado.

Pero que pasa cuando la angustia en sus distintas intensidades, proviene desde el interior de uno mismo sin que lleguemos a identificar su sentido?

El no saber que va a pasar, como equivalente a la incertidumbre en cualquier ámbito de la vida de alguien, o a algún imprevisto que en cualquier momento y a cualquier persona le puede acontecer; aveces, por su desmesura y frecuencia, unidas a la ansiedad que genera, hace que necesitemos hablar sobre ésto con quien nos ayude a pensarlo y a encontrar los significados que nos conduzcan a intentar acercarnos a conocer de qué se trata lo que estamos padeciendo; porque se entiende que muchas veces hasta atemoriza pensar en estas cosas, que desde mi punto de vista no se resuelven con un listado de consejos o sugerencias, tapándolas o dejándolas de lado, sino desplegando las ideas y ocurrencias que puedan estar relacionadas a este afecto, y poniendo palabras a aquello que es difícil de hablar, como intento de aliviar genuinamente el sufrimiento que produce.

Bueno, seguiremos dialogando próximamente.

Prof. Lic. María Teresa Pataky

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